El primer ministro de Canadá, y ganador de las elecciones legislativas celebradas este lunes, Mark Carney, prometió que gobernará «con todos los partidos y todos los territorios y la sociedad civil», en un mensaje pensado para reforzar la unidad nacional.
Carney, quien es economista, ha lidiado con retos como la crisis financiera de 2008 o el Brexit en el Reino Unido, pero ahora se enfrenta a su desafío más trascendental: plantar cara a Donald Trump y garantizar el futuro de Canadá.
«Estados Unidos quiere nuestra tierra, nuestros recursos, nuestra agua, nuestro país, y no son amenazas gratuitas. El presidente Trump quiere quebrarnos para poseernos. Y eso no pasará, nunca jamás pasará», señaló Carney.
«Estamos ante una nueva realidad, hemos superado el shock de la traición americana. Pero nunca deberíamos olvidar la lección: debemos cuidarnos a nosotros mismos, y sobre todo, cuidar los unos a los otros», añadió.
Anunció que se sentará a negociar con el presidente Trump como lo hacen «dos naciones soberanas», pero añadió que Canadá «tiene muchas, muchas otras opciones que los EE.UU. para lograr la prosperidad».
Carney compareció ante sus simpatizantes vestido con un traje azul y corbata, y no mostró una gran euforia, porque los resultados habían quedado por debajo de sus expectativas, pero el entusiasmo lo pusieron sus simpatizantes que habían aguantado durante horas hasta la aparición de su líder.
En una alusión a la acuciante falta de vivienda, prometió «construir muchísimas casas cada año con una industria de la vivienda enteramente nueva que usará tecnología canadiense, trabajadores cualificados canadienses y madera canadiense», además de prometer relanzar la industria del país en general.
Pese a esos vaticinios, Carney presentó su candidatura para liderar el Partido Liberal y reemplazar a Trudeau. El exgobernador del Banco de Canadá (2008-2013) y del Banco de Inglaterra (2013-2020) ganó, se convirtió de forma automática en primer ministro de Canadá sin haber sido nunca diputado y convocó elecciones anticipadas.
En pocas semanas, y gracias a las amenazas de Trump de anexionarse Canadá y sus agresivas políticas arancelarias, Carney sobrepasó a Poilievre, que llevaba casi tres años preparándose para derrotar a los liberales, y convirtió una derrota casi segura en la cuarta victoria electoral consecutiva del Partido Liberal.
Con información de EFE